Durante los primeros seis meses de vida los bebés no deberían ser expuestos al sol incluso con protección. A partir de entonces, pediatras y dermatólogos aconsejamos usar cremas de protección con mucha precaución hasta que cumplan un añito.

La forma adecuada de aplicación comenzará por una primera aplicación en casa, eso hace que la piel la fije más en profundidad.

Muchos niños llegan a la playa, se les aplica la crema y al agua. Siendo así, no permite que se fije y el agua la elimina. Si no se la habéis puesto en casa, tras aplicársela, esperad al menos 15 minutos antes de meter al niño en el agua.

Ninguna crema solar protege más de 2 horas. Por lo que si se prolonga más tiempo la estancia al sol, conviene volver a aplicar la crema de protección en repetidas ocasiones.

Asimismo, recuerda que:

1.  después de salir del agua, de sudar o de secarse la crema tiende a desaparecer

2.  en los días nublados el 80% de los rayos del sol atraviesan las nubes y afectan a la piel

3.  debes cubrir con suficiente cantidad de protección solar todas las zonas de su cuerpo y que ponerle camiseta, gorra y gafas de sol homologadas contra los rayos UVA complementará su seguridad frente a los daños del sol.

4.  si vais a la montaña, has de tener en cuenta que cada 300 m de ascenso sobre el nivel de mar, la atmósfera pierde un 5% de capacidad de filtro.

5.  y, que en la ciudad, al igual que en la playa o la montaña, también estamos expuestos a los dañinos rayos del sol.

La prevención es la mejor arma contra las quemaduras y para disfrutar de un feliz verano y una piel sana.

Dra. Montserrat Pérez – Dermatóloga (Nº col 10630)

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